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Cómo bañar a un cachorro

Cuando llevamos a casa a un cachorro por primera vez lo primero que queremos es bañarlo para que comience su nueva vida aseado. Siempre surge la duda de cómo debemos bañarlo al ser tan pequeño. Lo ideal sería no bañarlo hasta que tenga todo el protocolo de vacunación realizado, para que tenga la máxima inmunidad y su sistema inmune no esté debilitado para soportar cualquier resfriado, pero a veces vienen con muy mal olor y nos vemos en la necesidad de hacerlo.

La mejor manera de bañar a un cachorro de forma segura consiste, en primer lugar, subiendo a nuestro cachorro en una mesa estable, colocando encima una toalla o alfombra de goma para que no se resbale, con esto conseguimos que el cachorro se vea en un punto elevado y entienda que no estamos jugando.

En segundo lugar, tener todo el material que necesitamos para su baño. Necesitaremos una toalla limpia, un champú especifico para cachorros, un secador de pelo y un cepillo (el cepillo debe de ser especifico para cada pelaje, dependiendo si su pelaje es largo, corto, liso, duro, etc).

Empezaremos cepillándolo suavemente para eliminar la suciedad y quitarle los nudos (si es que tuviera), mientras tanto dejaremos el secador en marcha para que nuestra mascota se vaya acostumbrando al sonido y así evitar que cada vez que lo bañemos lo asocie a ese ruido y sea estresante para él.

Una vez lo tengamos cepillado, regularemos el agua de la bañera, la temperatura del agua deberá ser templada, ni muy fría ni muy caliente. Una vez hecho esto introducimos a nuestro cachorro en la bañera, empezaremos mojándole el cuerpo muy despacito para evitar que se asuste. Es muy importante evitar que le entre mucha cantidad de agua en los oídos, intentando también no mojarle mucho el hocico para que pueda respirar bien. Después, con el champú en nuestras manos masajearemos todo su cuerpo, así a la misma vez que eliminamos la suciedad lo estamos mimando. Es importante enjuagar bien para eliminar el resto de champú del pelo.

Llega la hora del secado, antes de empezar a secarle con el secador le frotaremos con la toalla para quitar el exceso de agua, lo colocamos de nuevo en la mesa y empezamos a secar con aire templado para evitar quemaduras, en este caso tenemos que evitar también echarle aire en el hocico y dentro de los oídos. Debe quedar completamente seco para que no coja frío y así no se nos resfríe.

Una vez acabado volvemos a cepillarle por todo el cuerpo para que su pelo quede totalmente desenredado.

Y para terminar, y muy importante, dale un premio, así asociará su baño como algo dulce y placentero.

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